lunes, 30 de abril de 2012

Jesua Miguel Acevedo Pintor de lo clásico y del asombro



Lo encontré en su taller pintando su propia versión de La Creación de Adán, un fresco de Miguel Ángel del siglo XV, mientras escuchaba una pieza barroca de Johann Sebastian Bach. En su rostro una mascarilla para evitar los tóxicos del óleo y en sus manos unos guantes amarillos con los que sujetaba un pincel lleno de colores e ideas.

Pintar, dibujar y escuchar música clásica es lo que ha venido haciendo la mayor parte de su vida el joven Jesús Miguel Acevedo Silva, nieto del poeta y pintor Fernando Silva, nacido en Managua un 20 de febrero de 1986, al cual desde pequeño se le diagnosticó una “pequeña alteración en el lenguaje y razonamiento”, dice su madre Mercedes Margarita Silva.
“Él tiene una pequeña discapacidad de razonamiento. Eso no le ha impedido ser un buen dibujante, no es realista fotográfico, sus dibujos y pinturas sobre los clásicos tienen un toque particular que lo identifica. Su abuelo, el poeta Silva, le ha inculcado el arte de los grandes museos”, comenta por su lado el muralista Reynaldo Hernández, quien le dio clases de 1995 al 2005.


En la actualidad cuenta con una vasta colección de dibujos y pinturas realizada, entre la que se pueden apreciar retratos y autorretratos, desnudos, estudios de anatomía, personajes del barroco europeo o del arte sacro, bíblicos, temas libres y de su propia creación.

“Solo me gusta dibujar y pintar, lo hago en el día y la noche. Tengo amor al cuadro, el arte me llena, es bello”, expresa en breve el pintor, y agrega que su sueño es llegar a exponer en Moscú, Italia o España, según él porque ahí sus obras serán apreciadas por gente culta.
 Dos de sus recientes interpretaciones son la obras:Cabeza de Medusa, de Michelangelo Merisi da Caravaggio, y la que tiene en proceso, La Creación de Adán, un fresco de Miguel Ángel que se encuentra en la Capilla Sixtina, ambas pinturas datan del siglo XV.


“Él goza profundamente con pintar, a veces amanece a las cinco de la mañana, y son las doce de la noche del día siguiente pintando”, afirma orgulloso el poeta Silva, su abuelo.

viernes, 27 de abril de 2012

REFLEXIONES SOBRE EL INSURRETO SOLITARIO CARLOS MARTINEZ RIVAS.



Nació el 12 de octubre de 1924 en Ciudad de Guatemala (Guatemala), donde su padre se encontraba trabajando . Hijo del matrimonio nicaragüense conformado por Félix Pedro Martínez Leclair y Berta Rivas Novoa. Carlos Martínez Rivas comenzó a escribir desde muy joven. Con tan solo dieciséis años obtuvo un premio nacional de poesía. Cursó estudios de bachillerato en Granada (Nicaragua) en el Colegio Centroamérica de los sacerdotes jesuitas. Su poema El paraíso recobrado (Cuadernos del Taller San Lucas, 1943), obtuvo un inmediato reconocimiento y supuso la consagración definitiva del poeta.
Tras terminar el bachillerato, se trasladó a Madrid para cursar estudios de filosofía y letras. En 1947 publica el sorprendente poema Canto fúnebre a la muerte de Joaquín Pasos, en honor a su amigo y poeta, muerto a muy joven edad. En 1953 publica en México su obra más importante, La insurrección solitaria, que sería también su último libro publicado. Trabajó para el servicio diplomático nicaragüense en Roma yMadrid (1964-1971). Residió en París (1948-1951), en Los Ángeles, Calif. (1954-1964) y San José de Costa Rica (1971-1977). A principios de febrero de 1977 se traslada de nuevo a Nicaragua donde dirige por dos años el suplemento cultural "Mosaico", del diario "Novedades". Del 77 al 83 residió en el INTECNA de Granada (antiguo Colegio Centroamérica). Luego se establece definitivamente en Managua (Altamira D'Este 2da etapa No.8), donde cuidó con celo su decisión de permanecer solitario. En 1984 obtuvo el Premio nacional Rubén Darío, con el libro Infierno de cielo, que no permitió en vida que fuese publicado. En 1991 y 1993 tuvo a su cargo una Cátedra con su nombre en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN-Managua, donde expuso sus trabajos críticos sobre literatura y artes plásticas, de las que fue un sagaz conocedor. Falleció el 16 de junio de 1998 en el Hospital Bautista deManagua.
Su poesía, de originalidad, sobriedad, consistencia, preciso dominio del idioma, rechazo deliberado a la impostura del "vasto mundo plástico, supermodelado y vacío", imaginación y belleza sin par en la literatura nicaragüense, es sólo comparable con la de Rubén Darío o Salomón de la Selva. El sentido y sensibilidad poética de la obra de Carlos Martínez Rivas ha merecido permanente admiración y respeto y ha sido objeto de diversos y rigurosos juicios críticos en los que se atribuyen a su genialidad poética una notable influencia y magisterio en la poesía hispanoamericana y castellana.
En 2007, bajo el título "Poesía Reunida", se publica su obra poética, compilada, reordenada y anotada por el poeta Pablo Centeno Gómez, que incluye su libro inédito "Allegro Irato".
Su poema Smaragdos Margara fue musicalizado por el Artista nicaraguenese Salvador Cardenal.